viernes, 22 de octubre de 2021

Corazón borrado



Película realizada en los Estados unidos en 2018. Guion y Dirección de Joel Edgerton en memoria de Garrard Conley. Hijo de un predicador a quien forzaron a entrar en una terapia de conversión que buscaba “curarlo” de su tendencia homosexual. Con procedimientos agresivos y apelando a la culpabilización lo sometieron en un ambiente muy opresor donde no tenía la oportunidad de oponerse, manifestarse ni liberarse de semejante maltrato. El protagonista Jared Eamons (Lucas Hedges) es un adolescente que se encuentra sorprendido y asustado cuando se da cuenta que le gustan los hombres. Único hijo en una familia muy prejuiciosa y religiosa, es decir fuertemente dogmatizada e ignorante sobre el tema. Cuando Jared se da cuenta de su deseo le confiesa al padre (Russell Crowe) “Pienso en hombres. No sé por qué, lo siento mucho”.

El centro religioso donde es recluido para cambiar su orientación sexual es coordinado por Víctor Sykes (el mismo Edgerton). Un hombre duro con pretensiones de predicador, psicólogo y coach personal, quien le recomienda “finge hasta lograrlo” lo que le repite de forma obsesiva. Pero como es de esperarse no lo logra. Prácticamente tiene que escapar ayudado por su madre (Nicole Kidman) a quien puede llamar siendo perseguido para que no lo hiciera. La película está basada en un hecho de la vida real y publicado en un libro autobiográfico de Garrard Conley. Mucho ha costado que la gente entienda que la homosexualidad no es una enfermedad, creencia alimentada por personas que no están preparadas para entender la dinámica del deseo humano. El deseo y la identidad es el resultado de un largo y complejo proceso de identificaciones que se lleva a cabo a muy temprana edad, cuando el niño comienza a conformarse en un sujeto independiente y distinto a la madre.

El espectador logra empatizar con este joven que sufre, se encuentra desorientado y angustiado por no poder complacer al padre a pesar de que lo hubiese querido. La película también advierte sobre estos programas fanáticos religiosos que se han puesto de moda y están haciendo mucho daño. Es lo mas importante de la denuncia que logra el film. Centros que abusan con el desconcierto de un adolescente confundiéndolo mas y al mismo tiempo haciendo proselitismo. Una bien cuidada fotografía y una banda sonora que en realidad no se luce.

La película vale la pena verla y ser cada día mas responsables con el maltrato que se le infringe a los jóvenes homosexuales. Actualmente en Netfix.

 

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