Una extraordinaria película estadunidense de 1976, dirigida por Sídney Lumet, guión de Paddy Chayefsky. Protagonizada por Faye Dunaway como Diana Christensen y Peter Finch como Howard Beale. Fue galardona con numerosos premios cuatro de los cuales fueron apara mejor actor Peter Finch. En el 2000 la película fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry. En 2005 el guión de Paddy Chayefsky fue votado por el sindicato de guionistas de Estados Unidos como el octavo mejor guión de todos los tiempos.
La película trata sobre el poder de la televisión como producto de un mundo competitivo donde los récords de audiencia imponen su mando. Analiza dicho mundo con una fuerza que mantiene conmovido y sorprendido al espectador.
Un experimentado locutor de noticias Howard Beale es despedido por baja audiencia y sufre un violento ataque de nervios ante los espectadores. Manifiesta que sin la televisión su vida no tenía sentido y manifiesta que se mataría en el próximo programa. Esto provoca un aumento considerable en la audiencia y le sirve para reinventarse como el profeta loco. Grita, da órdenes y se desmaya ante las cámaras, sus oyentes acatan sus órdenes sin cuestionarse. Manda a gritar por los balcones de su casa y a continuación se oyen voces y gritos de una masa también enloquecida. Se transforma en un peligroso dirigente. No lo despiden porque ahora Howard les resulta rentable. Se va enloqueciendo, deja a su esposa e intenta una relación con Diana (Faye Dunaway) que ya era directora del canal. Esta relación no le resulta e intenta regresar con su esposa.
Película extraordinaria que a pesar de ser de 1976 su temática es de una gran vigencia. Gran dirección, guión y actuación. Altamente recomendable.
Hay que buscarla.
