viernes, 12 de febrero de 2021

Milada



Milada Králová nace en Praga el veinticinco de diciembre de 1901 en el seno de una familia sencilla. Fue una abogada reconocida por sus luchas constantes contra los regímenes nazi primero y después el comunista que oprimieron y maltrataron a la población checa. Al finalizar la guerra viven un periodo corto de libertad, durante el cual Milada ingresa al Parlamento. En 1948 se desarrolla un golpe de estado y los comunistas toman el poder. Dimite entonces de su puesto en el Parlamento y se une a los movimientos de oposición al régimen. El 27 de setiembre de 1949 la arrestan y la condenan a muerte. En 1950 la ejecutan a pesar de que personalidades del mundo, Albert Einstein, Winston Churchill, Sartre, Vicent Auriol, Eleanor Roosevelt piden clemencia. La ejecución fue catalogada como “un asesinato judicial” ordenado por Stalin. Jana su única hija tenía 17 años y Milada 48.

El 27 de junio le dieron 20 minutos para ver a su hermana y su hija antes de que la ahorcaran. La absuelven de todas las acusaciones póstumamente en 1991, cuando el presidente Václav Havel le concedió la Orden de Tomáš Garrigue Masaryk, el más alto honor hecho por contribuciones destacadas al desarrollo de la democracia, humanidad y derechos humanos. Sus restos nunca fueron encontrados. Tenía tres hermanos, Marta, George quienes fallecieron en la primera guerra mundial y Vera quien será de un gran apoyo a lo largo de su vida.

La vida de esta interesante mujer es llevada al cine (2017) por el director checo David Mrnka. Se basa principalmente en las memorias de la hija de Milada, Jana quien asiste al estreno de la película. Las actividades que lleva a cabo desde muy jovencita no son relatadas en la película, sus actividades en la Cruz Roja y la ayuda en la que actuó para facilitar escapar a otros compatriotas de las barbaridades nazis y comunistas. Funda un periódico que aun hoy se publica, Vlasta. Fue una destacada figura académica y política en una época en que no había mujeres en esos ámbitos. De hecho, fue la única mujer condenada a muerte en la Checoslovaquia soviética. Después que termina sus estudios universitarios contrae matrimonio con Bohuslav Horák quien junto con ella trabajan en la resistencia. Son descubiertos y llevados a distintas cárceles. Estuvo dos años recluida en diferentes penitenciarias alemanas y en un campo de concentración, Terezín. Al final de la guerra fue cuando pudo reunirse nuevamente con su marido y su hija.

Deja una carta para su familia la cual entregan 40 años más tarde. En ella escribe:

"Los pájaros se están despertando ya - empieza a amanecer. Voy con la cabeza erguida - hay que saber perder. No es una vergüenza. Incluso el enemigo no pierde el honor al ser veraz y honrado. En la lucha se cae, pero la vida no es otra cosa que una lucha" es una película con la que nos identificamos por el momento que vivimos. Milada es un vivo ejemplo del deber de no flejar en el deseo, de una ética sin titubeos y nos muestra en toda su terrible dimensión el dolor de persistir.

La película tiene el gran valor de dar a conocer a una mujer de gran valía en las luchas interminables contra los totalitarismos y el sufrimiento de los pueblos. Cuenta con excelentes actuaciones y dirección.

Disponible en Netflix.

 

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