Uno de los mejores thrillers que he visto. Un sastre inglés que confeccionaba trajes en la famosa Savile Row de Londres se va a Chicago después de una tragedia personal. Allí abre su taller para confeccionar sus trajes de alta calidad para una familia de gánsgsters que son los únicos que los pueden pagar.
Alta calidad en la actuación de Mark Rylance, Leonard el sastre y su ayudante Zoey Deutch que resultan grandes jugadores en una estrategia de gran peligro. Leonard con su aspecto de un hombre que solo se interesa por su tijera, cortes de telas y agujas, con su cara de póker va moviendo las piezas a su antojo y conveniencia. El juego de palabras y las simbologías empleadas son de gran importancia para poder seguir el juego con los actores. El idioma es parte esencial de los misterios a develar.
En las escenas iniciales explica que un traje se conforma de 38 piezas separadas, 228 pasos individuales y cuatro tipos de telas. Repiten en varias ocasiones que todo traje posee 2 piezas esenciales. Los números conforman parte de las señales del laberinto al que nos invita con finura y elegancia.
Es la ópera prima de Graham Moore quien debuta por la puerta grande. En el guión lo acompaña Jonnathan McClain.
Una noche irrumpen en el taller dos asesinos (Dylan O’Brien y Johnny Flynn) en búsqueda de un favor y allí comienza el intricado juego. No es necesario agregar nada más para no entorpecer los giros de una trama que merece la pena investigar.
La película es de este año y no se encuentra en ninguna plataforma conocida, hay que buscarla.
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