La palabra “Eternauta” combina “eter” eternidad con “nauta” navegante. Plantea la idea de viajar a través del tiempo mientras se resiste a la adversidad. Esta serie basada en una novela gráfica de gran divulgación que se publicó por entregas (106 capítulos) entre 1957 y 1959 en Argentina. Tiempos de dictadura liderada por el general Eugenio Aramburu. La novela gráfica fue escrita por Germán Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López. Oesterheld, sus cuatro hijas dos Yernos y dos nietos todavía en los vientres maternos fueron desaparecidos. La serie está protagonizada por Ricardo Darín como Juan Salvo. Un hombre que se sabe limitado y luchador no pierde nunca la necesidad de estar acompañado en sus iniciativas. Su acción es de un estricto apoyo y colaboración con el resto.
Stagnaro, quien creó y dirigió la serie y fue uno de los cinco guionistas, ha hecho un trabajo muy meritorio. Junto a su director de fotografía, Gastón Girod, dan a los paisajes urbanos nevados llenos de cadáveres y vehículos muertos un impacto silencioso.
Se trata de una de esas historias de personas corrientes enfrentadas a circunstancias extraordinarias, de ahí que resultara tan estimulante y a la vez humana. Intrigante a más no poder, escrita con brío, dibujada con expresividad y ambición. Con una enorme resonancia al mostrar los miedos de la Guerra Fría, la inestabilidad política y la idea del héroe colectivo.
Juan Salvo se reúne con sus amigos en casa de Favalli una noche de verano como otra cualquiera para jugar a las cartas y pasar el rato. Poco después comienza a caer una inusual nevada que resulta ser mortal para todo aquel al quien roza. Tendrán, entonces, que hacer frente a una situación de supervivencia extrema tratando de descubrir qué ha causado la precipitación tóxica y buscando a otros sobrevivientes con los que hacerle frente al caos, y buscando a la familia que se encontraba disgregada. Tienen que medir constantemente en quien pueden confiar. Teniendo claro que bajo una amenaza de ese tipo se está “en tiempo de luchar, no de odiar” como dice Juan.
Aunando sus esfuerzos logran poner en marcha una estación de radio con la que conectar con otras personas e incluso crear un traje impermeable con el que acceder al exterior y recorrer las calles. El shock inicial hace que Juan tenga lapsos de recuerdos de su paso por la guerra de las Malvinas, que lo marcó fuertemente.
Las imágenes oscilan entre la claustrofobia y la desolación, entre lo familiar y lo extraño. Andan como astronautas por sus calles blanqueadas por la nieve y los cadáveres semitapados. Un campo mortal es ahora su ciudad. Cuando tienen algo dominada una amenaza aparece otra y así termina la serie bajo un nuevo fenómeno. Esa es la historia de la humanidad una constante lucha que solo venceremos a favor de la vida si estamos unidos y dejamos de odiar. No hay héroes solos, nos gritan.
Se encuentra en Netflix.
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