Una película francesa de 2017. Dirigida por Claire Denis y guion de Christine Angot, Claire Denis. Basada en el ensayo casi novelesco y apoyado en el romanticismo alemán de Roland Barthes, “Fragmentos de un discurso amoroso”. Un prestigioso elenco integrado por Juliette Binoche como Isabelle, Gérard Depardieu como Denis, Xavier Beauvois como Vincent, Josiane Balasko como Maxime, Nicholas Duvauchelle como El actor, Paul Blain como Sylvain, Philippe Katerine como Mathieu y Alex Descas como Marc.
Juliette Binoche encarna a esa mujer amorosa enfrentando el vacío de no encontrar nunca el ideal amoroso y no dejar de buscarlo desesperadamente. Es una película que combina magistralmente la fragilidad femenina, la ternura y el desencuentro constante. Une el talento de la directora Claire Denis con la feminidad de Juliette Binoche. Ambas producen con gran delicadeza a un personaje femenino complejo y seductor que embelesa. Isabelle es una mujer brillante a nivel profesional pero que se encuentra estancada en una constante crisis que le impide desprenderse de su dependencia emocional hacia los hombres. A punto de cumplir 50 años, separada y con una sensación de vacío que la sumerge en depresiones. Se aferra a la creencia de poder encontrar al hombre ideal. Pasa por diferentes amantes esporádicos que solo buscan satisfacer sus propios deseos.
La película nos sumerge en esta espiral autodestructiva en la que incursiona Isabelle sin hacer un drama ni presentarla como sufrida. Encuentros y desencuentros de carácter tragicómicos en los que el lenguaje y los gestos se hacen protagonistas. La discontinuidad del relato como la importancia de la poética y la retórica amorosa son recursos resaltantes más que el cuerpo y su erotismo. La conversación final con Denis cierra con verdadera conmoción lo doloroso y hermoso de esta exposición de la soledad y la indefensión frente al paso del tiempo junto con la sensibilidad de una brillante mujer. La imposibilidad del verdadero encuentro, la no relación sexual que resaltó Lacan.
Su enfrentamiento dialéctico final con Gerard Depardieu entra directamente a formar parte de las escenas inolvidables de la historia del cine.
Es una joya esta película que hay que verla con una gran disposición a la reflexión y a la emoción.
Hay que buscarla.