viernes, 4 de noviembre de 2022

Argentina 1985



Una extraordinaria película (2022) dirigida por Santiago Mitre, guión de Santiago Mitre y Mariano Llinás. Una actuación inmejorable de Ricardo Darín como Julio Strassera y Peter Lanzani como Luis Moreno Ocampo, son las actuaciones mas destacadas, protagonistas de esta historia. Representan a los fiscales que llevaron a juicio a la mas sangrienta dictadura militar argentina. Bajo amenazas y graves peligro persisten con un coraje admirable.

Era la primera vez que un tribunal civil sentaba en el banquillo de los acusados a una cúpula militar corrupta y perversa que convirtió la tortura y crimen de miles de ciudadanos en política de estado, mantuvieron a la sociedad viviendo bajo un estado de terror y sometimientos humillantes y dolorosos. Los asesinos llevados a juicio fueron Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti, Emilio Eduardo Massera, Roberto Eduardo Viola, Omar Graffigna, Armando Lambruschini, Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Anaya.

Los hechos reales son narrados en la película con todas las presiones, angustias, miedos diarios hasta el día que se emitió la sentencia. Las emociones lo absorben a uno hasta tal punto que se puede sentir la tensión y la distensión casi eufórica del final. La película es suavizada un poco con un fino humor perfectamente medido que no le quita solemnidad al drama. Reproduzco la parte final del discurso de Strassera que lo pronuncia Ricardo Darín al final del juicio para estremecernos profundamente y despertar nuestras conciencias.

“Por todo ello, señor presidente este juicio y esta condena son importantes y necesarios para la nación argentina, que ha sido ofendida por crímenes atroces. Su propia atrocidad torna monstruosa la mera hipótesis de lo impunidad. Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan “hechos políticos” o “contingencias del combate”. Ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y control de sus instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral. A partir de este juicio y esta condena, el pueblo argentino recuperará su autoestima, su fe en los valores sobre la base de los cuales se constituyó la Nación y su imagen internacional severamente dañada por los crímenes de la represión ilegal...Los argentinos hemos tratado de obtener la paz fundándola en el olvido, y fracasamos: ya hemos hablado de pasadas y frustradas amnistías. Hemos tratado de buscar la paz por la vía de la violencia y el exterminio del adversario, y fracasamos: me remito al período que acabamos de describir. A partir de este juicio y de la condena que propugno, nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia. Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última. Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: “Nunca más"

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