jueves, 9 de julio de 2020

Jojo Rabit


Jojo Rabit
Una película muy difícil por el delicado tema en el que se basa, pero que el director logra conducir con la altura y respeto que un público sensible requiere. De entrada opinaré que a mi “La vida es bella” del director  Roberto Benigni  me hirió por tratar un horror con demasiada frivolidad sin ofrecer al espectador elementos en los que apoyarse para recrearse en un humor basado en la crueldad. Por el contrario Jojo Rabbit me pareció una película cuyo mensaje es ir contra del odio que los regímenes dictatoriales imponen sobre una raza, cultura o población. Una película en contra del odio Nazi a los judíos. Un niño a quien le inculcaron los valores Nazi se hace amigo, hasta creer amarla, de una judía que su madre tiene escondida en su casa y que él descubre por casualidad.

La película impactó de alguna forma a la crítica cinematográfica, hubo quien la despreció pero en general fue recibida con sorpresa y agrado. Ganadora de varios premios internacionales y postulada a seis premios del Oscar. Gana como Mejor Guión Adaptado en los Óscar 2020. Dirigida por el director neozelandés  Taika Waititi que al mismo tiempo actúa como el Hitler imaginario y basada en el libro Caging Skies de Christine Leunens. Es protagonizada por un niño de doce años Román Griffin con una actuación que no tiene nada que envidiarle al resto de actores experimentados que lo rodean, su madre Scarlett Johansson y Sam Rockwell el comandante nazi  Klenzendorf. Es filmada mayoritariamente en la República Checa y adaptada en la época del final de la II Guerra Mundial.

La personalidad del niño que supuestamente fue entrenado para formar parte de la juventud nazi, soldado de relevo  del ejército, enternece por su inocencia que muestra no solo en sus gestos y su mirada sino en sus  reacciones y titubeos. Se niega a matar un conejo que le piden para probar su valentía en la ejecución de actos crueles, con ese acto nos muestra su alma humana de la que no ha podido desprenderse. Ese acto y en son de burla le hace ganar el apodo de Jojo Rabbit. Tiene como amigo imaginario a Hitler a quien le discute y se niega a aceptar todo lo que le ordena del cual se va separando poco a poco hasta que de una patada lo bota por una ventana.

La relación que tiene con su madre es hermosa. Ella es una mujer muy tierna que en un ambiente muy difícil tiene que criar a un hijo que lo adoctrinan fanáticos que ella calladamente adversa, no es nazi y colabora con los judíos hasta el punto que esconde a una adolescente en su casa.  Nunca pierde su alegría, ni le combate las ideas confusas a su hijo de frente, simplemente trata de mostrarle una manera de vivir sin odios y amarguras. Gracias a ello Jojo conserva su carácter ingenuo infantil. Y es con ella que vive su momento más doloroso y la pérdida de toda posibilidad de creer  en seres que albergan tanta crueldad.

También es conmovedora la aproximación con quien termina siendo su amiga la adolescente judía. Elsa interpretada por Thomasin McKenzie en una actuación estupenda como adolescente. Se va acercando con cautela dado que necesita a Jojo para amortiguar el aislamiento y soledad necesarios para salvaguardar su vida. No podría ser de otra manera Jojo termina teniendo con ella una relación muy tierna como la que tiene con su mamá. Así también es la relación que tiene con Yorki su amigo, interpretado por Archie Yates, un gordito interlocutor de sus angustias de niños viviendo una tragedia.

Para terminar mis reflexiones sobre esta conmovedora y bien llevada película recrearé una escena que me parece es el corazón de los afectos puestos en juego. Jojo le pide a Elsa que dibuje la guarida donde viven los judíos y ella hace un retrato de su cabeza. "¡Eso es mi cabeza!", dice Jojo, "te pedí que dibujaras dónde vivís". Ella le responde: "Es ahí donde vivimos".

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