Una serie que ha dado que hablar en Venezuela porque nos enfrenta con nuestro propio desconcierto. El protagonista Guillermo Francella, Eliseo, un tipo aparentemente servicial y encantador esconde la típica personalidad del psicópata. Entre manipulaciones y seducción termina logrando que los otros queden destruidos bajo su mando. Gastón Duprat y Mariano Cohn se proponen una exposición sobre las mezquindades humanas, las diferencias de clases y el deseo de poder vivir fuera de las exigencias legales. Una serie argentina que nos sumerge en un torbellino de inquietudes e inclinaciones y nos hace oscilar entre estar de parte de Eliseo u odiarlo y temerle. Es el típico conserje servicial que todos al principio quisiéramos tener en nuestro edificio para después desear no haberlo conocido jamás.
Resulta ser un villano más del que, al principio, podríamos esta de acuerdo con sus opiniones para luego admitir que en realidad es un tipo monstruoso, patético y miserable en grado extremo, sin límites. El típico personaje fuera de la ley. Cuando se siente amenazado comienza a librar una batalla silente, sorpresiva que va tejiendo cuidadosamente con mucho sigilo. Apuntas a sus enemigos de los que se ingenia para ir conociendo sus secretos y puntos débiles y ponerlos a pelear a unos contra otros hasta lograr que el lujoso edificio en el que viven se convierta en un infierno. Luego se expande con los conserjes de los edificios cercanos para conformar una sociedad en contra de los sindicatos. Todo organizado de tal manera que le garanticen a él, poder y dinero. Todo un sistema perverso y hecho para el beneficio personal de Eliseo.
He leído muchas críticas manifestando la desilusión que ha causado la transformación de este personaje de bonachón a malvado. Con esa tendencia muy nuestra de creer que la gente es por naturaleza buena e inclinada a hacer el bien sin pedir nada a cambio. Es un poco la visión que se ha inculcado en la educación cristiana occidental y de Jean Jacques Rousseau en su famoso tratado Emilio. Lamentablemente la vida nos enseña que los resentimientos, la envidia y los impulsos agresivos naturales son parte importante de la naturaleza humana. Esta serie nos muestra esta evolución de forma magistral y actuada por Francella que logra poner al personaje en su nivel justo. Cohn y Duprat nos muestran descarnadamente este conflicto entre un “humilde conserje” y los pudientes habitantes de un bonito edificio del bonaerense barrio de Belgrano.
Gran parte de la sociedad venezolana fue seducida por un tipo de apariencia bonachona, aunque tenía sus antecedentes conocidos fuera de la ley e igualmente fue tejiendo sigilosamente sus redes hasta ponernos a pelear entre nosotros y hacer de nuestra casa un infierno. Eso es nada más y nada menos que un psicópata. Esta serie debería ponernos frente a un espejo.
Pueden ser vista en Disney+.
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