jueves, 29 de octubre de 2020

El juicio de los 7 de Chicago

 



Aaron Storky es un director conocido por adaptar historias reales al cine. Esta vez nos relata los hechos ocurridos durante la Convencional Nacional Demócrata de 1968 que tuvo lugar en Chicago después del asesinato de Robert F. Kennedy y Martin Luther King y que constituyo un momento escandaloso en la historia de Estados Unidos. Es una película narrada a ritmo rápido con conversaciones ágiles por lo que el espectador puede al principio sentirse algo perdido. Sin embargo es una película que conmueve y muy bien interpretada. El elenco es inmejorable, muy bien adaptados a sus diferentes papeles con actuaciones magistrales.

Aprovechando la Convención tres grupos de activistas de izquierda organizan una manifestación en protesta por la guerra de Vietnam. Fueron los Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS), el Partido Internacional de la Juventud (Yippies) y David Dellinger, presidente del Comité del Desfile de la Paz de Vietnam de la Quinta Avenida. Eddie Redmayne interpreta a Tom Hayden, presidente de SDS y Alex Sharp como Rennie Davis su mejor amigo y compañero de SDS. Sacha Baron Cohen interpreta a Abbie Hoffman, cofundador de los Yippies, junto con Jeremy Strong como Jerry Rubin, el otro cofundador de los Yippies. John Carroll Lynch interpreta a David Dellinger, junto con Noah Robbins como Lee Weiner y Daniel Flaherty como John Froines, otros dos activistas contra la guerra.

La manifestación se tornó violenta cuando la policía enfrentó a los estudiantes. Después de cuatro días y noches de violencia 668 personas habían sido arrestadas, 425 manifestantes fueron tratados en instalaciones médicas temporales, 200 fueron tratados en el lugar, 400 recibieron primeros auxilios por exposición a gases lacrimógenos y 110 fueron al hospital. Un total de 192 policías resultaron heridos.

Dos años después el republicano Richard Nixon fue elegido presidente y se produjo un cambio político. El fiscal general Ramsey Clark (Michael Keaton) fue reemplazado por Jhon Mitchell (Jhon Doman) quien decidió acusar a los siete manifestantes antes mencionados y al presidente de Black Panther, Bobby Seale. Mitchell eligió a los fiscales Richard Schultz y Tom Foran para juzgar el caso y el juez Julios Hoffman. Los abogados defensores fueron William Kunstler y Leonard Weinglass. Un punto importante de la discordia para la defensa fue la falta de representación de Bobby Seale. Como se explica en la película, su abogado estaba siendo operado y el juez se negó a posponer el juicio, lo que provocó una enorme violación de los derechos constitucionales de Seale.

Pero la impunidad racista del juez no se detuvo ahí. Como se describe de manera precisa y visceral en la película, Hoffman llegó a tener a Seale atado y amordazado en la sala del tribunal por hablar sobre su derecho a la representación. Con el tiempo, quizás para evitar más acusaciones de racismo, Hoffman anuló el juicio en el caso de Seale y los acusados quedaron en siete. El juicio fue, como describió Abbie, totalmente político y efectivamente una farsa. Los siete fueron absueltos del cargo de conspiración, pero solo Froines y Weiner fueron totalmente absueltos. Los cinco restantes (Tom, Rennie, Abbie, Jerry y David) fueron declarados culpables del cargo de incitación a disturbios. En la Corte de Apelaciones todas las condenas fueron revocadas sobre el argumento de que el juez fue parcial al negar que los abogados defensores examinaran a los posibles jurados en busca de prejuicios raciales.

Por ultimo solo quiero destacar la actuación de Cohen. El humorista se pone aquí la ropa desaliñada y la peluca de un hippie que todo lo toma en son de burla, incluso así mismo, sin ningún tipo de acatamiento ni respeto por una autoridad arbitraria. Suyas son algunas de las mejores frases de la película. “Nunca antes me habían juzgado por mis pensamientos” o “Las instituciones de nuestra democracia son cosas maravillosas que ahora mismo están pobladas por gente terrible”. Cuando el juez le pregunta si conoce el significado de la palabra “desacato” Cohen contesta “es casi una religión para mí”.

Altamente recomendable y disponible en Netflix.

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